Las publicaciones científicas son un elemento clave no sólo para el avance de la carrera científico-académica de los profesores universitarios sino también de las instituciones que los albergan (Rankin, 2001; Rocco, 2011). La escritura y la lectura juegan un rol fundamental para la comunicación y la construcción del conocimiento científico. Sin embargo, pocas son las instancias en las que se ofrece la guía necesaria a los docentes e investigadores (formados y en formación) para mejorar las prácticas letradas relacionadas con el escribir para publicar ciencia (McGrail, Rickard, & Jones, 2006).
Esta propuesta parte de la idea de que los usos específicos del discurso escrito no son algo que los profesores ya deberían traer consigo sino, por el contrario, precisan ser enseñados. A la vez, se reconoce que la actividad letrada (el trabajo con la lectura y la escritura) adquiere formas específicas según la disciplina y que constituye un elemento clave en la producción de conocimiento. Por tanto, trabajar estas cuestiones con los docentes constituye un elemento central para el avance de las investigaciones y la formación docente continua